miércoles, 20 de marzo de 2013

Cuando deja de interesar el sexo.


El santo y seña de la psiquiatría, el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), define bajo deseo sexual como la "ausencia o deficiencia de fantasías sexuales y de deseos de actividad sexual" que repercute de forma muy significativa en el bienestar personal, llegando incluso a producir, según los expertos, graves fisuras dentro de la pareja: normalmente se tiende a negar y a evitar las relaciones ya que no consiguen disfrutar de éstas como lo hacían antes.
Así, el último número de la revista 'The Journal Sexual of Medicine'se hace eco de este problema y dedica uno de sus capítulos a hacer un repaso por el trasfondo de esta disfunción sexual. El investigador Johannes Bitzer, del departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Basilea (Suiza), apuesta por adoptar un enfoque desde distintos ángulos para abordar el problema, pues asegura que el deseo sexual hipoactivo (HSDD)-por sus siglas en inglés- es en la mayoría de los casos de origen multifactorial. De este modo, concluye el documento que "el procedimiento de actuación estándar para este problema debe basarse en una perspectiva biopsicosocial, multidimensional e integradora".

Causas y tratamiento

El impulso físico está modulado, principalmente, por la edad, la salud personal, los requisitos hormonales y el estado de ánimo. Mientras que la motivación lo está por las experiencias previas y lacalidad y duración de la relación. Por ejemplo, cita este experto, si la duración de la relación sexual en una mujer casada es satisfactoria, y placentera, no existirá ningún problema. Sin embargo, si ésta es aburrida y no placentera, cursará con alteraciones.
Así, "cualquiera de estas alteraciones puede afectar al deseo sexual femenino, de ahí que sea tan frecuente –una de cada tres mujeres lo sufre en España- y nada fácil de manejar ya que se pueden juntar varios motivos", mantiene.
El problema de esta disfunción existe cuando persiste y se instala de alguna forma, y durante mucho tiempo, en la intimidad de alcoba.
Por tanto, las líneas de tratamiento a seguir deben estar enfocadas, según apunta el investigador Johannes Bitzer, desde una perspectiva multidimensional. "Es muy importante que la terapia sea mixta: médica y psicológica", añade Palacios.
Con este abordaje, ¿se puede recuperar el deseo sexual? La respuesta es clara y contundente: "Sí". De hecho, según apuntan varios expertos en sexología, si el problema se afronta de forma conjunta, junto con la pareja, éste tiende a desaparecer mucho más rápido.

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jueves, 7 de marzo de 2013

Síndrome Premenstrual, hierro y zinc.

(c) marthax

El Síndrome Premenstrual se refiere a un amplio rango de síntomas que:
  • Comienza durante la segunda mitad del ciclo menstrual (14 días o más después del primer día de su último ciclo menstrual).
  • Desaparece de 1 a 2 días después de que el período menstrual comienza.

Afecta a entre el 8 y el 15 por ciento de las mujeres en sus años fértiles. Los síntomas pueden ser físicos o emocionales, y podrían incluir sensibilidad en los senos, inflamación abdominal, cambios en el apetito, depresión y ansiedad.


No se ha identificado la causa exacta del síndrome premenstrual. Los cambios en los niveles de hormonas del cerebro pueden jugar un papel, pero esto no se ha demostrado.

El síndrome premenstrual puede estar relacionado con factores sociales, culturales, biológicos y psicológicos.
Muchas mujeres conocemos el dolor y el tumulto emocional del SPM. Pero un estudio reciente halla que unas dietas ricas en hierro proveniente de fuentes vegetales podrían ayudar a aliviar la afección.
En el estudio, las mujeres que comían de esta forma tenían alrededor de un tercio menos de probabilidades de desarrollar SPM que las mujeres que consumían menos hierro. Las fuentes no cárnicas de hierro incluyen los frijoles secos y las verduras de hojas verdes.
El estudio halló que otro mineral también hace una diferencia. Unos niveles más altos de zinc también se asociaron con menos SPM durante el periodo de diez años del estudio. Muchas frutas y verduras frescas contienen zinc.
"Parece que una variedad de minerales es importante para la salud del ciclo menstrual y para el SPM. Las mujeres deben consumir una dieta equilibrada, y si no obtienen suficientes nutrientes de la dieta, deben tomar un multivitamínico", recomendó la autora principal del estudio Elizabeth Bertone-Johnson, profesora asociada de la Universidad de Massachusetts en Amherts.
(c) marthax
Al igual que con el hierro, Bertone-Johnson señaló que no estaba claro cómo unos niveles más altos de zinc podrían proteger del SPM.
Pero el riesgo de desarrollar SPM se redujo significativamente en las mujeres que consumían más de 20 miligramos (mg) de hierro al día. El riesgo más bajo se observó en las mujeres que consumían casi 50 mg de hierro al día. Sin embargo, la ingesta diaria recomendada para las mujeres premenopáusicas es de 18 mg al día, según Bertone-Johnson.
En cuanto al zinc, también se observó un ligero efecto protector en las mujeres que consumían más de 10 mg al día.
Pero Bertone-Johnson advirtió que ambos minerales pueden resultar nocivos si se ingieren a niveles superiores al promedio.
Los investigadores hallaron que unos niveles más altos de potasio se relacionaban con unos niveles mayores de SPM, aunque Bertone-Johnson dijo que este y otros hallazgos de la investigación deben ser confirmados en otros estudios. Algo interesante es que los investigadores no hallaron una conexión entre el sodio, que puede provocar retención de agua, y el SPM.
"El SPM probablemente es multifactorial, y algo más complejo de lo que las deficiencias de uno o dos complementos o minerales podría causar", señaló el Dr. Frederic Moon, director médico de obstetricia y ginecología del Hospital de la Universidad de Winthrop en Mineola, Nueva York.
Moon aconsejó a las mujeres consultar a sus médicos antes de comenzar a tomar cualquier tipo de complemento. Los niveles de hierro se pueden verificar con una sencilla prueba de sangre, comentó.
Samantha Heller, nutricionista clínica del Centro de Atención Musculoesquelética de la NYU, se mostró de acuerdo. "Es importante hablar con el médico antes de tomar un complemento de cualquier mineral", planteó. "Un exceso de hierro puede provocar problemas graves, y los complementos de algo como el zinc pueden desequilibrar el cobre. El organismo tiene un equilibrio delicado, y las mujeres tienen que pensárselo bien antes de comenzar a usar complementos".
Heller explicó que es difícil separar los efectos de cualquier nutriente en particular. Pero añadió que "si una mujer quiere cambiar a una dieta más vegetal, eso podría contribuir en general a reducir el estrés oxidativo y la inflamación, lo que podría ayudar a reducir los síntomas de SPM, las enfermedades cardiacas y otras afecciones".
Aunque el estudio halló una asociación entre el hierro y el zinc de la dieta y una reducción de los síntomas del SPM, no demostró causalidad.



Fuente: American Journal of Epidemiology, online. 


viernes, 1 de marzo de 2013

Ejercicios Kegel II: Identificar los músculos correctos.


Como ya vimos en la anterior entrada de nuestro Blog "Ejercicios Kegel", estos ejercicios nos ayudan a fortalecer los músculos de debajo del útero, vejiga e intestino con vistas a mejorar el control de esfínteres y mejorar las relaciones sexuales.

Para identificar que estamos ejercitando el grupo de músculos correcto debemos saber que los músculos que vamos a ejercitar se extienden desde el hueso situado en la parte anterior de la pelvis, el pubis, hasta el hueso que ocupa la parte más posterior, el cóxis, y atraviesan por los conductos de salida al exterior de la vagina, la uretra o el recto. Es por esto que mantienen la contención de órganos como el útero, la vejiga o el intestino dentro de la pelvis. 

Para comenzar los ejercicios Kegel debemos tener claro en nuestro cuerpo cómo contraer dichos músculos. Para ello podemos utilizar una simple estrategia: intenta detener la micción a intervalos (recuerda, haz esto sólo para identificar dichos músculos, no hagas esto frecuentemente ya que facilitarás una infección urinaria). Así aprenderás a aislar el músculo perineal de las nalgas o abodominales. Si así no consigues sentir con claridad qué músculos son, prueba a introducir un dedo limpio en la vagina e intenta apretarlo. Si notas algún movimiento muscular es que has encontrado el movimiento correcto, y si notas que aprietas mucho, es que tienes una musculatura tonificada.

Ahora puedes visitar nuestra anterior entrada del Blog para tomar nuestra rutina como ejemplo, pero ya sabes que los ejercicios Kegel los puedes hacer a tu ritmo (sin fatigar los músculos), con cualquier edad y en cualquier lugar, porque nadie sabrá que los estás haciendo.